Por miles se cuentan las personas que abarrotaron todo el itinerario y que pudieron contemplar un total de dieciséis pasos pertenecientes a las catorce cofradías de la Semana Santa torrevejense, que ayer volvieron a convertir la ciudad en una magna representación plástica de la Pasión y Muerte de Cristo.
Abrió el cortejo, como es habitual la cofradía de la Convocatoria, junto con el paso de la Mujer Samaritana, precediendo el procesionar del primer Viernes Santo de Nuestro Padre Jesús en la Última y Sagrada Cena. También discurrieron Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto de los Olivos, el Santísimo Cristo de la Flagelación, San Pedro Arrepentido y Nuestro Padre Jesús Cautivo – Nazareno, que este año celebra su XXV Aniversario. También procesionó la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz y la del Cristo Crucificado, junto con sus pasos cotitulares de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima del Silencio. Tras ellos, Nuestra Señora de la Piedad y la cofradía protagonista del Santo Entierro, la del Santo Sepulcro – Yacente que salió del interior del Templo Arciprestal. Cerraban el cortejo procesional San Juan Evangelista y Nuestra Señora de los Dolores, convertida en Virgen de Soledad.
El alcalde de la ciudad, Pedro Hernández, junto con el presidente de la Junta Mayor de Cofradías, José Pedro Aldeguer, ostentaban la presidencia civil de la procesión, mientras que la religiosa estuvo encabezada por el vicario de la Inmaculada, Antonio Marcos. Pasadas la una y media de la madrugada concluía esta Magna Procesión, bastante antes de lo que era común, debido al adelanto en una hora y media de la salida de la procesión.