A partir de ahora, los vehículos que vayan por carreteras convencionales deberán circular a 90 kilómentros por hora. El principal objetivo de la medida es reducir la siniestralidad y cumplir el objetivo establecido en la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 de bajar la tasa de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes.