Si los turrones han sido los indiscutibles protagonistas de los dulces navideños, se hacen elegantemente a un lado el día de reyes y cede su puesto de honor en la mesa al roscón. Se trata de un tipo de bollo de masa fina con forma de anillo, más o menos redondeado, decorado con trozos de frutas confitadas de colores variados, muy dulce y sabroso. Si todavía no lo ha comprado le recomendamos que lo haga lo antes posible, es un dulce que en estos días se llevan de las manos. Aunque siempre queda la posibilidad de hacerlo en casa.
El momento de consumo de este dulce navideño en muy variado. Se puede consumir al desayunar, cuando la familia está junta abriendo los regalos. En la hora de la comida, como postre, o en la merienda acompañado incluso con un rico tazón de chocoloate.
Y para gustos, los colores porque existen numerosas variaciones del roscón de reyes, y hoy en día se pueden encontrar rellenos de nata, chocolata, crema pastelera, cabello de angel, con fruta escarchada o sin ella, mas grande o más pequeño, etc...
Continuando con las tradiciones, si los Reyes Magos de Oriente vienen cargados de regalos para niños y mayores, llenando de ilusión y alegría a todos, el roscón de reyes también tiene esa gracia de ilusión contenida. Ya que dentro de la masa, se esconden pequeños regalos que quienes comen el roscón descubren con alegría y buen humor.
Ya conocen la traidición: el que encuentre la sorpresa será coronado como rey de la casa y a quien le toque el haba será castigado a pagar el roscón.