El espíritu emprendedor, a día de hoy, es uno de los motores principales de la innovación, la competitividad y el crecimiento. Y precisamente esos valores y actitudes emprendedoras son las que se intentan transmitir a través de jornadas como la que ha sido celebrada hoy en las instalaciones del vivero de empresas de Torrevieja. Una jornada dirigida en esta ocasión a centros educativos y en la que han participado alumnos del instituto de educación secundaria Las Lagunas.
La jornada ha combinado la ponencia de un experto en motivación de las actitudes emprendedoras, dirigidas o no al autoempleo, así como con conocmientos en el asesoramiento para la creación de empresas, con la experiencia personal de un emprendedor del entorno.
Se ha observado una correlación positiva y sólida entre el fomento del espíritu emprendedor y los resultados económicos
en términos de crecimiento, supervivencia de empresas, innovación, creación de empleo, o incremento de la productividad.
Lo cierto es que a menudo nos encontramos con que los valores asociados al espíritu emprendedor están, por lo general, muy poco instalados en la cultura social y laboral . Ello produce una notable brecha entre las aspiraciones y expectativas de nuestra población más joven (empleo estable y cualificado en el sector público o en una gran organización) y la compleja realidad del actual mercado de trabajo.
Y frente a esta situación, es precisamente la educación la que puede y debe contribuir enormemente a la creación y al refuerzo de una cultura emprendedora, empezando por los jóvenes y en los centros educativos. Jornadas como ésta consiguen precisamente incidir en la necesidad de fomentar ese espíritu, trasladando ese objetivo a la educación donde tiene que estar siempre presente el fomento de las cualidades personales que constituyen la base del espíritu emprendedor, es decir: la creatividad, la iniciativa, la responsabilidad, la capacidad de afrontar riesgos y la independencia o autonomía en el trabajo.