Todos los veranos, en torno al 12 de agosto, la Tierra atraviesa la parte más densa de la nube de partículas que deja el cometa Swift-Tuttle, produciéndose la lluvia de estrellas de las Perseidas, popularmente conocidas como “lágrimas de San Lorenzo”. Aunque no es la lluvia de estrellas más intensa de las que se producen a lo largo del año, si que es cierto que es la más observada desde el hemisferio norte, dado que se produce en una época del año en la que las condiciones meteorológicas invitan a la observación al aire libre.