Medio millón de euros al año. Es el sobrecoste que supone la reparación de la red de alcantarillado por el mal uso del inodoro al convertirlo en lo que no es, un cubo de basura. Las toallitas húmedas, bastoncillos, y otros productos que se tiran al retrete no sólo provocan ese importante impacto económico sino un grave problema medioambiental.